Como decía una canción de Ella Baila Sola, «Amores que matan».
Las relaciones amorosas son una parte fundamental de la vida de muchas personas. En el transcurso de nuestra existencia, es normal experimentar el amor y buscar compañía emocional en otros seres humanos. Buscamos o encontramos una relación con un propósito, compartir, estar bien, disfrutar y amar o querer.
Sin embargo, no siempre las cosas salen como queremos o esperamos, en ocasiones no acabamos en una relación con la persona que nos conviene para obtener lo anterior, en ocasiones nos metemos en relaciones que nos absorben, nos anulan, nos incapacitan, nos hacen sentirnos mal hasta el punto de destruirnos…sin embargo seguimos ahí.
¿ Cómo es posible?
Pues vamos a olvidarnos de nuestro ombligo, de nosotros y de lo que sufrimos o nos está haciendo pasar nuestra pareja, vamos a centrarnos en poner el foco en alguien que está enganchado a una droga, a la heroína por ejemplo.
Sabemos que éstas personas acaban mal, acaban perdiéndolo todo, acabas demolidas, y desde fuera todo el mundo ve lo tóxico y destructivo que es esta droga, sin embargo , el adicto no es capaz de salir.
¿Qué le pasa?
No caigamos en lo sencillo de decirles que es fácil si realmente se quiere, y una mierda! (Diría el que está atrapado : «es muy difícil»). Nuestra mente nos traiciona y nos engaña constantemente, no tenemos otra cosa en la mente que consumir, buscamos todas las formas y maneras de conseguir esa heroína, ocupa todo nuestro tiempo y recursos.
Ahora volvamos a nosotros, a aburrir a nuestro mejor amigo a amiga con la eterna historia de nuestro Ex, mañana pareja, pasado otra vez Ex, y así en bucle hasta que ya no nos responda más al teléfono y busquemos a otro a quién contarles nuestros lamentos cuando estamos en la fase de crisis, porque SI, al igual que el drogodependiente, estamos ante una relación TÓXICA, todo el mundo de fuera lo ve, y a veces incluso lo vemos nosotros, pero no sabemos SALIR.
Si necesitas ayuda, ese es mi trabajo, pide cita y hablamos.